sábado, 23 de mayo de 2015

ORACIÓNS 4ª SEMANA MAIO

LUNS 25 MAIO. NO NOME DO PAI, DO FILLO E DO  ESPÍRITO SANTO. AMÉN

El Espíritu de María

Ayer celebramos la gran Solemnidad de Pentecostés.  María, desde la Anunciación a la Visitación, pasando por otras tantas circunstancias, supo responder con docilidad y agradecimiento a los planes de Dios.
El Espíritu Santo fue forjando su personalidad y haciéndola más agradable al gusto de Dios.
¿Quién fue el inspirador en los momentos y en las horas más decisivas de María?: el Espíritu Santo
¿Quién fue el maestro que, a María, le sugería el cómo gobernar, educar, seguir, corregir, y llevar adelante a Jesús?: el Espíritu Santo.
¿Por qué la presencia de María, desde las palabras de Jesús en la cruz, en medio de la comunidad?: para esperar, saborear y sentir la presencia del Espíritu Santo.
Mirar a María, es ver a la mujer llena del Espíritu Santo. Sin el soplo del aliento divino sería imposible entender, asumir, comprender y vivir el influjo de María en nuestra Iglesia. Su persona al servicio de Dios. Su corazón abierto a la Palabra. Su alma, entregada al Misterio. Presentamos esta paloma con los dones en representación del Espíritu.

ORACIÓN

Mujer del Espíritu
que, al soplo de su presencia,
te dejaste llevar por el viento de su gracia:

Empújanos a la SABIDURIA
y apreciar en lo que vemos los signos de la presencia de Dios.

Empújanos al ENTENDIMIENTO
y podamos vivir cerca de Dios

Empújanos al buen CONSEJO
y podamos recibirlo y darlo según Dios

Empújanos a la FORTALEZA
y, ante la debilidad, saquemos fuerza de lo sobrenatural

Empújanos a la CIENCIA
y sepamos conocer lo auténticamente esencial

Empújanos a la PIEDAD
que no seamos fríos ni con Dios ni con los que nos rodean

Empújanos al SANTO TEMOR
y sepamos comprender que Dios está
en el principio y fin de todo y de todas las cosas. Amén



MARTES 26 MAIO. NO NOME DO PAI, DO FILLO E DO  ESPÍRITO SANTO. AMÉN



La voz de María

¿Nos hemos parado a pensar, de vez en cuando, qué tonalidad y cómo sería la voz de María? Alguien, con mucha razón, dijo que "la voz de María tiene el color de cada alma, el sonido de las cuerdas vocales de cada creyente y la dulzura del paladar que sabe saborear la palabra: María"
*La voz de María era suave. No quería imponerse a la gran voz de Dios.
*La voz de María era sencilla. Sólo entendía y comprendía que era instrumento en las manos de Dios
*La voz de María era, ni más ni menos, que una melodía en los labios de Dios.
Estamos en la Pascua. El mes de mayo, dedicado a la Virgen María, nos invita a proclamar la presencia de Jesús muerto y resucitado.
No podemos contentarnos con una adscripción en una determinada religión. ¿Cómo es nuestra voz? ¿Nos dejamos sentir, como cristianos, allá donde estamos? ¿Qué timbre tiene nuestra voz? ¿Suave u ofensiva? ¿Humilde u orgullosa? ¿Sencilla o complicada? ¿Comprometida o indiferente?
La voz de María sigue estando presente en la voz de todos sus hijos e hijas que, como Ella, decimos un ¡fiat! ¡hágase!
Por el contrario, silenciamos la voz de María cuando no defendemos aquellos valores que el cristianismo puede aportar a nuestra sociedad.
¿Silenciamos o somos altavoz de María?

Dejamos, ante la figura de María, este micrófono. Quiere simbolizar nuestro deseo de manifestar públicamente los sentimientos de la Virgen: ¡Nada ni nadie como Cristo!

ORACIÓN "AFINA MI VOZ, MARIA"
          AFINA MI VOZ, MARIA
Si se impone la angustia,
que entone una palabra de aliento
Si asola la tristeza,
que florezca en un sonido de alegría
Si avanza la soledad,
que ejecute una melodía de solidaridad

AFINA MI VOZ, MARIA
Que no pierda el compás de la fe
Que no deje el ritmo de la esperanza
Que no ignore el punto de la caridad

AFINA MI VOZ, MARIA
Para que, allá donde yo esté,
suene el evangelio con música nueva
Para que, allá donde yo pase,
sea proclamado y bendecido el nombre de Cristo
Para que, allá por donde yo cante,
sea engrandecido Dios Padre Todopoderoso

AFINA MI VOZ, MARIA
Para que no desafine mi vida cristiana
Para que llegue a un final feliz la partitura de mi existencia
Para que  no existan alteraciones en mi confianza
Para que no se rompa la composición
que Dios ha pensado con mi vida

AFINA MI VOZ, MARIA
Y, si por lo que sea, alguna vez se calla,
dame una vitamina de esas que a Ti te sobran:
claridad en el hablar
dulzura en el caminar
y timidez en el juzgar

AFINA MI VOZ, MARIA
para que, cuando me presente ante Dios,
pueda hacerle conocedor
de una melodía -mi propia vida-
la cual, intenté llevarla  a cabo.
Amén

Rezamos un Ave María.




MÉRCORES 27 MAIO. NO NOME DO PAI, DO FILLO E DO  ESPÍRITO SANTO. AMÉN



La cruz de María

Una de las claves, para entender, comprender y celebrar bien este mes de mayo dedicado a María, es encauzar sensatamente nuestro afecto hacia Ella.
No la ponemos en un altar por ser diosa (no lo es) ni la rodeamos de cirios y flores porque sea un objeto de adoración (que tampoco lo es).
Nuestro corazón y nuestros sentimientos, afloran especialmente en este mes de las flores, porque Ella nos alienta, anima, ayuda y nos inspira fortaleza y fe en Jesucristo.
Una de las catequesis que más nos pueden ayudar a ver el papel de la Virgen María en el Misterio de la Salvación, es precisamente la cruz.
¿Dónde estuvo María? ¿En la cruz o al pie de la cruz? ¿Quién habló? ¿Jesús o María? ¿Quién recogió a quien? ¿María a Jesús o Jesús a María?
María, al pie de la cruz, acogió y sostuvo - sin reprochar nada a Dios ni a los demás- el cuerpo inerte de Jesús. Ella hizo lo que tenía que hacer: permanecer fiel, silenciosa y con el corazón roto como el de cualquier madre que pierde a su hijo joven.
Por ello mismo, porque María fue en todo momento una lámpara encendida al servicio de Jesús, nosotros la veneramos en cualquier rincón de nuestras iglesias; le levantamos una casa o ermita en el corazón de las ciudades o en la cima de un monte; le elevamos la más artística catedral o la más humilde parroquia para que, Ella, nos ayude a vivir con autenticidad, radicalidad y convencimiento, una fe personal en Cristo.
¿Quién es para nosotros María? 
Simbolizando la fe de María para que nos ayude y guíe en nuestro camino, ponemos delante de su imagen, esta cruz.
Que la Virgen nos señale el camino que nos conduce hacia un encuentro personal y comunitario con Jesús Resucitado. Puede ser la mejor flor de este día.

ORACIÓN

EN LA CRUZ TE VÍ
Subí al calvario preguntando por Jesús;
una voz -dulce y misteriosa- me respondió:
no mires hacia abajo
allá, en lo alto, ese que cuelga
es mi único hijo.
Subí al calvario, y pregunté el por qué de aquello.
Una voz, paciente y serena, me respondió:
no preguntes demasiado
con que digas ¡creo! a El le basta
Subí al calvario, preguntando el por qué tanta sangre.
Una voz, familiar y conmovedora, me respondió:
el amor, cuando va con sufrimiento, tiene más valor
Subí al calvario, y pregunté por Jesús de Nazaret.
Una voz, virginal y humana a la vez, me respondió:
Aquel, del cual,  su costado emana vida
Aquel que está clavado de manos  de pies
Aquel, aunque no te lo parezca, El es.
Subí al calvario, preguntando, ¿por qué tanta cruz?
Una voz, débil y fuerte a la vez, me respondió:
Yo, como Madre, también me pregunto eso y más
pero, Dios, en lo más hondo de mis entrañas me dice
que, después de la tiniebla vendrá el sol,
a continuación del llanto el gozo
y después de la muerte, la Resurrección.
Sólo sé que, a mí,
me toca estar, acompañar, rezar y esperar
Amén.

Rezamos un Ave María.




XOVES 28 MAIO. NO NOME DO PAI, DO FILLO E DO  ESPÍRITO SANTO. AMÉN

La palabra de María

¡Cuánto nos duele cuando, alguien, nos falla en la palabra dada!
Hoy,  y dentro de este mes de mayo, contemplamos a María en una de las dimensiones que más coherencia y sentido dio a su existencia: SU PALABRA.
-Pocas palabras pronunció María. Pero, entre todas ellas, sobre sale sin duda el "aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según su Palabra".
-Pudo mas el sentido de Dios que su propia persona. El afán de dar gusto a Dios, que los propios caprichos. María, desde el principio hasta el final, fue aquella mujer que se tomó en serio la palabra dada al ángel: ¡aquí está la esclava del Señor!

Se suele decir que se coge al mentiroso antes que al cojo. Nuestras palabras y nuestros compromisos, en variadas ocasiones, son preámbulo de negaciones conscientes o inconscientes: prometemos lo que sabemos que no vamos a cumplir o, por otro lado, nos ofrecemos sin saber sopesar riesgos, capacidades y posibilidades.
María fue consciente de sus limitaciones y de su pobreza. Pero, todo ello, supo depositarlo  a los pies del Señor. Tal vez hasta pensaría: Si El me ha elegido; ¡ El sabrá cargar con las consecuencias!
Pero Maria, cumplió con la palabra dada. Y, desde ese momento, se volcó de lleno par que,  aquella otra "Palabra", fuera tomando forma en su seno.
¿Cómo son nuestras promesas? ¿Sinceras o hipócritas? ¿Llenas de Dios o de vanidad? ¿Dispuestas para Dios o enemistadas con El?
. Quiere simbolizar nuestro deseo de cumplir -desde la "A" a la "Z" - los deseos de Jesús contenidos en el Evangelio.

 ORACIÓN

PALABRAS A MARIA
Que no dude de Dios,
aunque me parezca imposible
Que, siendo libre,
no me olvide de Dios
Que siendo esclavo
me sienta libre en Dios
Que me alegre por el hecho
de haber sido tocado por Dios
Que nunca deje de llamarte: bienaventurada
Que disfrute con tantas cosas
que Dios hace por mí y en mí
Que disperse de mí, como lo hizo totalmente de ti,
la soberbia y el orgullo
Que me haga gustar la grandeza de la pobreza
y la miseria de la riqueza
Que me colme de lo bueno para vivir
y me aparte del maligno que me hacer morir
Y si en algún instante, María
rompo con la palabra que ofrecí a Dios:
te pido me recuerdes que la proeza
no está en el la cantidad
sino en la calidad de lo que se da.
Que al igual que Tú, María,
sepa darme y no contentarme con dar.
Amén.


Rezamos un Ave María.







domingo, 17 de mayo de 2015

ORACIÓNS 3ª SEMANA MAIO (18-22 MAIO)

LUNS 18 MAIO. NO NOME DO PAI, DO FILLO E DO  ESPÍRITO SANTO. AMÉN
Los pies de María

Ponerse en camino es sentirse vivo. Cuando nos visita la suerte (en sus diversas formas) ¿qué solemos hacer? Simplemente, comunicarlo.
María, con los pies polvorientos, se puso en camino hacia la casa de su prima Isabel. Salió de su casa. No le importó nada, aunque el evangelio no lo diga, correr riesgos ni dificultades: ¡se puso en camino y se acabó¡
Los pies de María son dinámicos. Se aventuran a perderse en los amplios caminos de la vida para que conozcamos a Jesús.
No nos podemos instalar en la comodidad. Los pies de María, nos invitan a salir de nosotros mismos. A no cerrarnos en los cómodos muros de nuestros problemas o éxitos, alegrías o tristezas.
Salir al encuentro de los demás (y no sólo de los familiares) es hacerles partícipes de nuestros sueños y de nuestras conquistas, de nuestras inquietudes  y también de nuestros fracasos.
No esperemos a que nadie llame a la puerta de nuestro hogar para reclamar o pedir ayuda. La caridad o la delicadeza, cuando surge espontáneamente, tiene hasta más valor.

Presentemos a María nuestros pies. Que estos, lejos de buscar caminos cortos y esquivar miedos, los dirijamos por los caminos que conducen hacia las personas que nos esperan y que, sin nosotros, tal vez no podrán seguir adelante.

ORACIÓN


TUS PIES, MARIA
Caminan con el timón de tu fe
Sorprenden por la rapidez de tu disposición
Avanzan sin tener más horizonte que el llegar para servir.

TUS PIES, MARIA
Apuntan en la dirección que Dios te marca
Corren presurosos para no llegar tarde
Se resienten cuando se detienen,
y sanan cuando peregrinan

TUS PIES, MARIA
No conocen el descanso ni la tregua,
 siempre están en movimiento
avanzan constantemente.

¿Cuales es, María, el secreto de tus pies?
¿No será acaso, María, los hermanos que te esperan?
¿No será, María, que no puedes permanecer sin hacer el bien?

Gracias, María, por venir a visitarme
Como tu prima Isabel
yo también necesito de tus atenciones:
mi corazón anhela una caricia de madre
mis ideas necesitan ser ordenadas
mi cabeza, un regazo donde reposar un momento.
Gracias, María, por poner tus pies en dirección a mi humilde casa. Amén

Rezamos un Ave María

Entusiásmate- Asc B




MARTES 19 MAIO. NO NOME DO PAI, DO FILLO E DO  ESPÍRITO SANTO. AMÉN

El oído de María
Escuchamos la Palabra (del Evangelio de Lucas):
Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres.
Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.
Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: "Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando."
El les dijo: "Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?" Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.
Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.

Reflexión:
Hoy existe una gran crisis en nuestro mundo: se habla mucho y se escucha poco. En el silencio es donde podemos percibir el sonido de nuestra conciencia y el hablar de nuestras almas.
*María, en el silencio, acogió la visita del Angel.
*En el silencio supo contrastar aquellas exigencias que Dios le tenía preparadas.
*En el silencio esperó a Jesús en Belén y, en el silencio, le siguió de cerca y a distancia.
¿Escuchamos con atención la Palabra de Dios?
¿No os parece que, en algunas ocasiones, nos sentamos a la mesa de la Eucaristía sin prestar excesivo interés en lo que nos dice en el Evangelio?
María, entre otras virtudes, cultivó la de "saber escuchar". Por ello mismo supo distinguir la paja del trigo o el mal del bien.
El tiempo de la Pascua es un momento idóneo para escuchar, desde la alegría de la fe en Jesús resucitado, el testimonio de los apóstoles. Ellos, que supieron estar y vivir cerca de Jesús maestro, en los momentos cumbres de su pasión, muerte y resurrección, nos ayudan y nos invitan a estar atentos al mensaje de salvación.
Pidamos, con María, que el Espíritu Santo despierte en nosotros hambre de la Palabra de Dios. Que acudamos a la Eucaristía para escucharla y que, sobre todo, sepamos contrastar nuestra propia existencia con aquello que Dios nos propone a través de su Palabra.
Ante María, en este día, dejamos la Biblia. Queremos ser oyentes de la Palabra.

AVE MARÍA

ORACIÓN

ABRE MI OÍDO, MARIA
Que sepa escuchar el lenguaje del silencio
Que sepa escuchar la Palabra de Jesús
Que sepa distinguir, en el ruido del mundo,
el susurro de Dios.

ABRE MI OÍDO, MARIA
Para que como Tú
me abra sin reservas a Dios
Pueda contemplarle haciendo su voluntad
y servirle con corazón sincero.

ABRE MI OÍDO, MARIA
Que sea sensible a lo que Jesús me pide
Que no viva de espaldas a lo que Dios me ofrece
Que perciba el soplo del Espíritu Santo

ABRE MI OÍDO, MARIA
Y no sea insensible a la voz de Dios
Y no sea duro al clamor humano
Y no sea sordo al eco del Evangelio

ABRE MI OÍDO, MARIA
Para que, cuando me hable Dios,
le diga sinceramente lo que pienso
Para que, cuando me hable Cristo,
me ponga con El, en camino
Para que, cuando irrumpa el Espíritu,
me deje arrastrar por su fuerza poderosa

ABRE MI OÍDO, MARIA
Para que, cuando en el final de mis días,
Dios me llame, pueda contestarle:
reconozco tu voz, voy corriendo, Señor¡
Amén

MÉRCORES 20 MAIO. NO NOME DO PAI, DO FILLO E DO  ESPÍRITO SANTO. AMÉN

Los hombros de María

Multitud de pueblos y de ciudades han visto en María, desde tiempos pretéritos, la fortaleza frente a la adversidad, la defensa ante la debilidad o el apoyo en período de lucha (física y espiritual).
Las palabras del ángel "nada hay imposible para Dios", han cobrado fuerza en la vivencia de los creyentes que, antes, ahora y ojalá mañana, han tenido de María: Dios da lo que se le pide, incluso, lo aparentemente imposible.

-Ella, en el camino de la fe, es un báculo sobre el que nos apoyamos para no ceder en la tentación del abandono.
-Ella, en el camino de la fe, es un buen cirineo que ayuda a llevar la cruz de la enfermedad, la prueba o  el desánimo.
-Ella, María, nos invita a mirar a Dios. A no ceder frente a la arbitrariedad de las cosas ni de los hombres.

El hombro de María, y no es palabrería barata, es  hombro para los hombres.

Miremos a María y dejemos delante de su imagen este bastón. Quiere significar la fuerza y el apoyo (moral y espiritual) que, su presencia, supone en nuestra vida cristiana.

ORACIÓN


HOMBRO PARA EL HOMBRE
María,
Eres refugio en medio de la tormenta
Luz, en medio del cortocircuito de muchos días
Claridad, cuando la confusión
sale a nuestro encuentro.

María,
Eres  hombro en el que merece la pena llorar
Eres  hombro sobre el que se puede apoyar
Eres hombro cuando fallamos las personas
Eres hombro cuando se lucha contra el hambre.

María,
No dejes de ofrecer el hombro a tu pueblo
Sin El, nos costaría más levantarnos
Menos, el apartarnos de Dios
Mas, el orientarnos hacia el cielo
Menos, vivir como quien no vive en la tierra.

María,
Eres hombro para el que busca a Dios
Eres hombro para el  que cree en Jesús
Eres hombro para el que ama
Eres hombro para el que espera
Eres hombro para el que te reza
Eres hombro para el que te canta
Amén



Rezamos un Ave María.




XOVES 21 MAIO. NO NOME DO PAI, DO FILLO E DO  ESPÍRITO SANTO. AMÉN

La mirada de María

La mirada de María, aún siendo nítida y clara, siempre será para nosotros un enigma: nunca llegamos a alcanzar totalmente la profundidad desde la que arranca; la belleza que sus ojos destellan; el brillo que nace de su alma.
Pero, entre todas miradas que nos ofrece María, hay algunas que merecen nuestra contemplación y nuestra reflexión:
*La mirada al Niño. Refleja el fruto de su obediencia y de su generosidad. Ya entonces, desde el pesebre, María supo mirar a Jesús sabiendo que Dios tenía mucho que decir. Lo miró, no solamente con ojos de humanidad, sino con ojos de Madre de Dios.

*La mirada sobre José. Poco nos hablan los evangelios sobre este personaje que cristalizó en sentimientos de amor y de ternura en la vida de María. En momentos de soledad y de prueba, de pobreza y de intimidad, miraría a José con ojos de amiga y de confidente, de compañera y esposa. ¡Qué especiales tuvieron que ser las miradas de María a José!

*La mirada a nosotros
. En el atardecer del Viernes Santo, María, sólo tuvo ojos para Cristo y para Juan. Y, al clavar su mirada en el discípulo amado, los dejó para siempre fijos y clavados en su iglesia; en los millones de hijos e hijas que hemos ido naciendo a lo largo de la historia de nuestro cristianismo.

-Venimos, en este tiempo de la Pascua, porque necesitamos ser mirados por los ojos de la Madre.
-Venimos, en este mes de mayo, porque no podemos vivir sin un rayo de su presencia
-Venimos, en el mes de las flores, porque sus ojos son referencia para los nuestros. Para los que desean mirar con la misma pureza, alegría y bondad que destellan los ojos de María.

Dejamos, delante de Ella, este "colirio". Queremos representar nuestro deseo de ver las cosas con la misma profundidad y nitidez de María.

ORACIÓN


Yo también quisiera poseer, Santa María,
ojos tan lúcidos como los tuyos.
Para comprender el Misterio que te hace grande
Para entender la Palabra que te hizo  feliz
Para no perder los caminos que conducen
a la alegría viva y permanente que brota en el cielo.
Yo también quisiera tener tus ojos, Santa María,
para descubrir definitivamente a Jesús
y no perderlo ante tanto escaparate que la vida me ofrece.
Yo también quisiera tener tus ojos, Santa María,
y por encima de valles y de montes
saber que me espera un horizonte en Dios
con los brazos abiertos.
¿Cómo conseguir tu mirada?
¿Cómo alcanzar tu vista?
¿Cómo mantener la nitidez de tus ojos?
"Sólo con la oración", me respondes Santa María,
se limpian tanto los ojos como el alma
Sólo con la obediencia
se alcanza a ver lo que el mundo niega
Sólo con la confianza
los ojos llegan donde el hombre no atina
Sólo con la sencillez
los ojos traspasan lo que la inteligencia nos dificulta
¡Ayúdame, Santa María!
Dame esos ojos grandes que ven a Dios
Dame esos ojos limpios que contemplan a Cristo
Dame esos ojos penetrados por los rayos del Espíritu
Y, si acaso no puedo,
sólo te pido que no dejes de mirarme.
Amén.

Rezamos un Ave María.



VENRES 22 MAIO. NO NOME DO PAI, DO FILLO E DO  ESPÍRITO SANTO. AMÉN
El amor de María

Amar a Dios y al prójimo, son dos notas contenidas en una misma línea. Es agua recogida en el mismo cántaro.
"Este mandato hemos recibido del Señor: que quien ame a Dios ame también a su hermano" (1Jn 4,21).
María, con sencillez y obediencia, supo guardar el equilibrio entre su afán por las cosas de Dios y, su interés, por las cosas de los hombres.
En este tiempo de la Pascua y celebrando festivamente este mes de mayo, podríamos poner sobre la mesa de nuestra memoria, muchas estampas que nos hablan de la solidaridad de María, de su amor, de su entrega, de su compromiso.
¿Quién no recuerda, aún estando llena de Dios, la visita a su prima Santa Isabel?
¿Quién de los que estamos aquí -delante de Ella- no hemos sentido su ayuda, su apoyo, su mano protectora en más de una ocasión?
¿Sabéis cuál fue el acto más supremo, el más grande de María? No lo pensemos más: dejar que Cristo subiera a la cruz.
¿Cómo andamos nosotros en nuestro compromiso con los demás? ¿Nos echamos atrás ante las necesidades y sufrimientos de los que nos rodean?
Dejemos, a los pies de María, y como signo de nuestra entrega, estas medicinas y vendas. Que nunca nos cansemos de hacer el bien.

ORACIÓN


Quiero ser como Tú, María
con un ojo apuntando al cielo
y, con el otro, no olvidando al hombre

Quiero ser como Tú, María,
con una mano acariciando a Jesús
y, con la otra, meciendo al hombre.

Quiero ser como Tú, María,
elevada en los altares
pero caminando a pie llano en la tierra

Quiero ser como Tú, María,
con dos movimientos en tu corazón:
uno para Dios y, el otro,
regalándose a los hombres.

Quiero ser como Tú, María,
con tres miradas y con tres vértices:
Dios, Jesús y los hombres.

Quiero ser como Tú, María,
llena de Dios pero volcándote en los hombres.

Quiero ser como Tú, María,
elegida por Dios pero sin dar la espalda a los hombres.

Quiero ser como Tú, María,
tan llena de Dios
que siempre tienes lugar
para todos los que te miran y te enaltecen.
Amén.



Rezamos un Ave María

Archivo del blog