lunes, 22 de septiembre de 2014

SEMANA DE SAN VICENTE DE PAÚL

FESTA DE SAN VICENTE DE PAÚL -  27 SETEMBRO

ESO

MARTES, 23 de septiembre

Queridos alumnos: Esta semana celebraremos la fiesta de San Vicente de Paúl, sacerdote católico y fundador de la Compañía de las Hijas de la Caridad en el siglo XVII. Como escuela vicenciana que somos queremos dedicar la oración de la mañana de esta semana a conocer más la vida de San Vicente, una vida dedicada a dar vida desde el seguimiento de Jesús expresado en el servicio a los más pobres y empobrecidos. Con esta intención comenzamos esta semana vicenciana que tendrá su momento más importante el sábado 27, día en que celebraremos solemnemente la vida de este santo que todavía hoy es un referente importantísimo para entender lo que significa vivir la vida plenamente dedicándose a dignificar la vida de los demás.


Oración (a dos coros)

¡Buenagente quien cuida del pobre y débil!

¡Buenagente quien tiende su mano al necesitado!

¡Buenagente quien no sabe negar una ayuda!
¡Buenagente quien sabe amar y comprometerse!

Buenagente, sí, los que no temen arriesgar todo
por el proyecto de vida de Jesús.
Buenagente los que saben cambiar la rivalidad por la colaboración,
la competencia por la solidaridad, la violencia por la justicia y la caridad.

Ayúdanos, Señor, a desterrar de nuestra vida y de nuestro corazón
el egoísmo que tantas veces lo envuelve.
Ayúdanos a no fracasar en nuestro intento
de estar atentos al dolor de los demás.

Ayúdanos a saber mirar la realidad, a descubrir la injusticia
y a cambiar todo aquello que no es digno, ni justo, ni bueno.
Ayúdanos a ser mensajeros de esperanza, a arriesgar, si necesario fuera,
la vida segura que tenemos por los demás.

Tú sabes, que nos duele, ver tantos buenos deseos
que luego no hacemos fructificar.
Que nos duele, tener las cosas claras en la mente
y no traducirlas en compromisos para transformar nuestra vida cotidiana.
Danos fuerza, Señor, para que tu Palabra y nuestros deseos
lleguen a hacerse realidad. Amén


De la Biografía de San Vicente. Parte I (1581-1612)
Vicente nació el 2 de abril de 1581, en Ranquine, cerca de Dax, en el suroeste de Francia. Fue el tercer hijo del campesino Juan de Paúl. Los hijos de los campesinos del siglo XVI apenas tenían tiempo para divertirse; ya desde muy jóvenes se veían obligados a trabajar. Vicente, llevaba a pastar el ganado.
Vicente era un chiquillo despierto y su padre tuvo para él unos planes ambiciosos. Fue enviado a los 14 años al colegio de los franciscanos de Dax, una ciudad próspera, de amplias calles y bellas mansiones. Vicente tomó gusto a sus estudios y deseaba abandonar la vida rural. Sentía vergüenza de sus orígenes y de su mismo padre. Él mismo escribió: "Siendo un muchacho, cuando mi padre me llevaba a la ciudad, me daba vergüenza ir con él y reconocerle como padre, porque iba mal trajeado y era un poco cojo. Recuerdo que en una ocasión, en el colegio donde estudiaba me avisaron que había venido a verme mi padre, que era un pobre campesino. Yo me negué a salir a verle".
Después de cuatro años de estudios en Dax, marchó a la gran ciudad de Toulouse. Al morir su padre éste le dejó parte de la herencia para pagar sus estudios, pero él rechazó esta ayuda, ya que prefería valérselas por sí mismo.
Para subsistir, enseñó humanidades y continuó con sus estudios de Teología. En 1598 recibió el diaconado y el 23 de septiembre de 1600 fue ordenado sacerdote.
En 1604 obtuvo  el doctorado en Teología. Viajó a Marsella y de allí embarcó para Narbona. Su barco fue atacado por los turcos y Vicente cayó prisionero. Los años 1605-1607 son en realidad muy misteriosos. Se cuenta que vendido como esclavo en Túnez, estuvo sucesivamente al servicio de cuatro distintos señores: un pescador, un médico, el sobrino de éste y, por último, un cristiano renegado. Por fin, convirtió a su amo, se escapó llegando a Avignon y desde allí a Roma. Luego fue a París hacia el 1608.
En 1609, poco después de su llegada a París, Vicente encontró a Pierre de Bérulle, sin duda en el hospital de la Caridad, adonde ambos iban a visitar enfermos. Bérulle tenía una doble vocación: la cura de las almas y la fundación de un grupo de sacerdotes espirituales.
En mayo de 1612, Vicente tomó posesión de la parroquia de "Clichy la Garenne", a una legua de París. Se trataba de una parroquia de 600 habitantes, de carácter semi-rural (habitada sobre todo por hortelanos) donde Vicente se encontró a gusto. Allí enseñó el catecismo, reparó el mobiliario de la Iglesia. Hacía doce años que era sacerdote y era la primera vez que ejercía un ministerio sacerdotal.

Oración final
Dios, Padre Nuestro y Padre de todos,como a San Vicente danos la capacidad suficientepara buscar siempre aquello que nos ayude a vivir

en profundidad nuestro proyecto de vida. Danos la fe necesaria para creer en tipese a las dificultades y contratiempos que nos encontremos.Haznos personas agradecidas por todo,de modo especial por nuestros padres y por todas aquellas personasque nos ayudan a crecer y a vivirdel mejor modo posible. Por intercesión de San Vicente,haznos buenagente,personas llenas de vida y capaces de compartirla sencillamente con aquellos que nos rodean.Que tengamos una buena semana. Amén


MIÉRCOLES, 24 de septiembre

 Buenos días a todos. Este martes comenzamos el día poniéndonos en la presencia del Dios de la vida para que todo cuanto hagamos, aprendamos y compartamos contribuya a mejorar nuestra vida y la vida de los demás. En silencio, cada uno pensamos en aquellas personas que necesitan de nuestro recuerdo, apoyo y oración. Con esta intención comenzamos esta oración de la mañana.

De la Biografía de San Vicente. Parte II (1613-1617)
Con el tiempo Vicente llegó a París. Allí daba algunos cursos y lecciones a los niños y llevaba una vida palaciega. Sin embargo no era feliz. Pero nunca perdió el contacto con los campesinos y con las pobres gentes, y se dio cuenta de que el evangelio exigía una caridad radical.
A comienzos de 1617, Vicente visita a un moribundo en Gannes. Aquel hombre, que tenía fama de ser un hombre de bien, reveló a Vicente unos pecados que jamás se había atrevido a confesar a su párroco, tanto por vergüenza como por amor propio. El moribundo que experimentaba una extrema soledad moral, que padecía la noche, el frío y la imposibilidad de hablar con Dios, era un hombre cerca de la muerte sin haber encontrado una mirada sacerdotal lo bastante dulce y lo bastante humana para poder salirse de sí mismo y atreverse a creer en la ternura de Dios. He ahí la vocación de Vicente: la ternura. Su corazón había sido tocado. Quería ir a los campos más remotos a expresar a todos los que se sienten perdidos que existe un Dios de ternura que no les ha olvidado. Vicente quería ser testimonio de ese amor divino. Estar presente con la ternura de Dios.
Vicente quedó impresionado y predicó cerca de Amiens, proponiendo a todos los fieles la idea de que fueran allá algunos sacerdotes ante quienes pudieran hacer una confesión general de toda su vida. Este sermón fue el origen de la "Congregación de la Misión", instituida para dar misiones populares y trabajar en la formación del clero de Francia y en otros países. En agosto de ese mismo año 1617, en Chatillón-les-Domes, San Vicente se encontró con la miseria material de los campesinos. San Vicente escribía: "Mientras me revestía para celebrar la santa Misa, vinieron a decirme... que en una casa apartada de todas las demás estaban todos enfermos, hasta el punto de que no había una sola persona que pudiera atender a las demás, las cuales se hallaban en un estado de necesidad indescriptible. Esto me ocasionó una tremenda impresión".  A la llamada de Vicente acuden todos los feligreses en ayuda de esa familia. Pero, para Vicente, este movimiento espontáneo no era bastante, porque corría el peligro de no tener continuidad.

Vicente puso manos a la obra y muy pronto, el 23 de agosto, lee ante unas cuantas mujeres cuyo corazón se ha visto afectado igual que el suyo por aquella miseria, un texto que constituye todo un programa de ayuda a los enfermos. Dicho texto servirá de modelo, en adelante, a todos los posteriores textos fundacionales de las "Confréries de Charité" (Hermandades de Caridad). Las Cofradías se multiplicaron; hoy en algunos países se les llama "Equipos de San Vicente". La Fundación de la Compañía de las Hijas de la Caridad vino unos años mas tarde (1633). La co-fundadora fue Santa Luisa de Marillac

Oración (a dos coros)

Buen día a la creación entera,
buen día a todo lo que vive,
buen día a todos los que necesitan motivos para vivir.
¡Buen día, vida nuestra, regalo del Dios vivo!

Buen día a cada una de nosotros,
convocados por Dios para vivir un mismo proyecto de felicidad,
regalo de Dios unos para los otros; luz y apoyo en el camino
¡Buen día, hermanos, todos don de Dios!

Buen día a todo ser humano,
hombres y mujeres en camino,
hombres y mujeres con sueños,
hombres y mujeres con la libertad como destino
¡Buen día, humanidad, regalo del Dios del pueblo!

Buen día, María; la mujer de Nazaret,
palabra de vida y silencio elocuente.
Mujer de Dios, mujer del pueblo,
del dolor, del gozo, del amor...
¡Buen día, María ¡Virgen Milagrosa!

¡Buen día, es fiesta!
Buen día a cada uno de nosotros,
familia convocada al encuentro.
¡Bienvenidos seamos todos!
¡El amor de Dios nos acompañe! Amén




JUEVES, 25 de septiembre 

La espiga y la vida
La misión de la espiga nos es ser el lugar definitivo para la semilla. Cada semilla debe asumir la vida de una manera tan suya y personal, que pueda vivirla independientemente de la espiga en la que maduró. Toda semilla que quiera cumplir con su vocación de vida, y con su misión por los demás, debe aceptar el desgrane. Sólo si ha asumido su vida en plenitud y de una manera personal, será capaz de seguir viviendo luego de la desgranada. Y así podrá incorporarse al gran ciclo de la siembra nueva.
Si su vida es auténtica y acepta hundirse en el surco de la tierra fértil, su lento germinar en el silencio aportará al sembrado nuevo una planta absolutamente única, pero que unida a las demás, formará el maizal nuevo.
No es el maizal el que valoriza la identidad de las plantas. Es el valor irremplazable de cada planta en su riqueza y fecundidad lo que valoriza al maizal. No es la sociedad nueva la que creará los hombres nuevos. Son los hombres nuevos quienes formarán la nueva sociedad.
Mamerto Menapace
De la Biografía de San Vicente. Parte III (1613-1617)
Vicente ha encontrado su camino, el camino de la compasión y la ternura para con quienes se hallan sumidos en el abandono. Utilizando su puesto como base de operaciones, empieza a establecer sus pequeñas asociaciones de caridad.
En noviembre de 1618 se encontraba en París Francisco de Sales, célebre por la inmensa dulzura en sus discusiones con los protestantes y por su bondad para con los pobres y enfermos a quienes les daba todo, incluso lo que no era suyo y lo tomaba prestado. A su llegada a París, Francisco de Sales fue objeto de una entusiasta acogida; con su palabra evangélica y sencilla, conoce a Vicente, que queda impresionado por su dulzura.  Francisco de Sales fue para Vicente un punto de referencia constante.
En 1619, Vicente es nombrado capellán general de las Galeras. Los galeotes son entonces los más pobres de entre los pobres. Vicente les visita primero en las mazmorras de La Conciergerie (antigua prisión de París), encuentra allí a hombres dominados por el odio y la desesperación; y pide (y obtiene) que se les conceda un trato más humano. El capellán general de las Galeras baja después a Marsella, donde los galeotes son más numerosos, y se presenta "de incógnito" en el lugar en que están encerrados; aquello le impresiona terriblemente: es "el espectáculo más triste que se puede imaginar", "una verdadera imagen del infierno". Pero Vicente no se limita sólo a buenas palabras, sino que pasó a la acción y se ocupó de mejorar en lo que pudo las estructuras, como de costumbre.
Vicente experimenta su profunda conversión en el momento en que se inicia en Europa una larga serie de conflictos. Se suceden guerras, se triplican los impuestos y los pobres siempre son los perdedores. La miseria es espantosa.
El camino de Vicente son los pobres, tanto espiritual como materialmente. Vicente quiso sacerdotes para la "misión", para ser enviados a las zonas rurales. No sin problemas, fundó en 1633 la Congregación de la Misión.
En julio de 1628 el obispo de Beauvais pidió a Vicente que acuda allí en septiembre a dar un retiro a los futuros sacerdotes. Es precisamente en esta tarea de formación de futuros sacerdotes en lo que piensa el Arzobispo de París cuando, en 1631, ofrece a Vicente un conjunto de edificios mucho más importantes que el "College des Bons-Enfants": la antigua leprosería de Saint-Lañare (que dará a los sacerdotes de la Misión el nombre de Lañaristas). Lo que desea el arzobispo es que Vicente contribuya a la reforma del sacerdocio y sirva a la formación de los futuros sacerdotes. Y así fue la actividad que realizó el resto de su vida junto con el servicio a los más pobres entre los pobres.
Vicente fue sobre todo el hombre que renovó la Iglesia francesa. La Compañía de los "Paules" se convirtió en la orden mas vigorosa en Francia antes de la revolución francesa, con 6.000 miembros repartidos en 40 provincias.
La Compañía de Hijas de la Caridad se extendió por todo el mundo hasta el punto que en 1965 contaba con 46.000 hermanas. A lo largo de los siglos han prestado ayuda a millones de personas desgraciadas: niños abandonados, huérfanos, enfermos, heridos, refugiados, presidiarios, etc. El servicio sencillo y discreto al prójimo constituye el principal fundamento de todas estas asociaciones vicencianas. Servir para dar vida, y vida en abundancia.

Ave María


Viernes, 26 de septiembre

Buenos días a todos. Mañana celebramos la fiesta de san Vicente de Paúl, fundador, junto con Santa Luisa de Marillac, de la Compañía de las Hijas de la Caridad. Para todos los que participamos del estilo de vida vicenciano, celebrar la vida de San Vicente es un motivo de alegría, de esperanza y de felicidad compartida. Hoy damos gracias a Dios por Vicente de Paúl, cristiano, sacerdote y modelo de vida para todos. Ojalá este día de celebración nos haga más conscientes, responsables y comprometidos con el estilo de vida vicenciano resumido en esta frase: “saber más para servir mejor, servir mejor para vivir más plenamente”. Feliz fiesta de San Vicente para todos.



Padrenuestro vicenciano

Padre amoroso del pobre,
don en tus dones espléndido,
del cuál toda vida procede;
Padre de Jesús y padre nuestro,
haz que, por el testimonio de nuestra vida,
nuestro compromiso por la justicia
y el servicio desde la caridad
todos te conozcan y experimenten tu misericordia.
                 
Que todos confíen en tu Bondad y obedezcan tu Voluntad
para que se realice tu plan en este mundo
como lo tienes en tu mente desde siempre.
                 
Danos hoy el alimento que más necesitamos:
no sólo pan, sino toda palabra que sale de tu boca;
tu presencia, tu ternura ¡Tú mismo!
Las palabras, los abrazos, los silencios,
la amistad, el tiempo… de los demás para con nosotros
y de nosotros para con todos los demás,
especialmente con los que más necesitan.

Perdónanos por todo el mal que hacemos,
por propia voluntad o sin darnos cuenta,
y con tu ayuda haz que perdonemos 
a todos los que nos han hecho mal.

No nos dejes sucumbir en la tentación de malvivir la vida,
de sólo sobrevivir la vida,
de sólo gastar la vida sin invertirnos en los demás, en su felicidad,
mediante el servicio desinteresado y gratuito.

Y, por tu caridad, líbranos del mal. Amén

CANTO: SIGUE HABIENDO






E. Infantil, 1º, 2º de Primaria 


LUNES:
Gracias, Padre, por la creación del mundo.
Gracias por nuestro curso.
Gracias por la vida y el ejemplo de San Vicente de Paúl. Gracias por nuestros padres, nuestros profesores y todas las personas con quienes lo vamos a compartir.
Que entre todos sepamos dialogar y ayudarnos para crecer. Que uniendo nuestros esfuerzos, vivamos la ilusión de cuidar y querer nuestro mundo para hacerlo más bonito. Porque sabemos que con tu ayuda OTRO MUNDO ES POSIBLE. Amén.

 MARTES:
San Vicente, amigo de los niños
te queremos mucho
y también a Jesús y a María.
Danos un corazón grande como el mar
y limpio como una estrella
¡San Vicente, haznos buenos!
no queremos pelearnos, sino colaborar.
Ayúdanos, tú que eres nuestro amigo de verdad.


MIÉRCOLES:
San Vicente, mañana celebraremos tu fiesta;
te damos las gracias
porque te conocemos un poquito más.
Intentaremos imitarte,
preocuparnos de los pobres como hacías tú
y ayudar a que otros tengan una vida mejor.
Que a nadie le falte lo necesario para vivir,
y que todos sepamos compartir.
Danos un corazón generoso como el tuyo. Amén


JUEVES:
San Vicente, hoy celebramos tu fiesta,
por eso estamos muy contentos
Tú eres mi amigo.
¿Conoces a mis otros amigos?
¡Me gustaría tanto que los conocieras!
¿Sabes lo que hacemos?
Sobre todo jugamos juntos,
también aprendemos juntos,
 a veces nos enfadamos,
pero siempre nos perdonamos
como tú nos enseñas.
¡Tú eres estupendo!
¡Muchas felicidades!


VIERNES:
Termina la semana de tu fiesta San Vicente.
Te prometimos imitarte.
A partir de hoy, te pedimos
que sepamos escuchar a nuestros padres,
profesores y compañeros.
Danos fuerzas para hacer el bien,
para compartir todo lo que tenemos
con nuestros amigos y con aquellos
que nos caen menos bien.
Amén.



3º, 4º, 5º y 6º de Primaria

LUNES:                  
                                                   San Vicente, tú me enseñas
que para seguir tus pasos
hay que servir a los demás.
Ayúdame a ser servicial,
a preocuparme por los demás,
a vivir pensando en ellos.
Enséñame a ayudar,
a ser generoso y abierto,
a estar siempre dispuesto
para dar una mano.
Quiero ser solidario y amar a los demás
con gestos, hechos y actitudes,
no sólo con palabras.


MARTES:
Señor Jesús, tú que quisiste hacerte pobre,
haz que tengamos ojos y corazón para los pobres;
y que te reconozcamos a ti en ellos;
en su sed, en su hambre, en su soledad.
Ayúdanos a ser caritativos
como lo fue San Vicente de Paúl.
Danos fuerza y valentía para que como él
seamos generosos y estemos dispuestos
a ayudar a todos, especialmente a los más necesitados.

MIÉRCOLES:   
Danos, Señor, unos ojos atentos para descubrir
las necesidades de los pobres, al estilo de San Vicente.
Danos, Señor, pies ligeros para correr y comprometernos
con los que necesitan ayuda.
Danos, Señor, corazón grande, al estilo de San Vicente
para comprender todas las miserias.
Danos, Señor, valentía, coraje y capacidad de compromiso
para participar en acciones caritativas. Amén.

JUEVES: 
En el día grande de tu fiesta, queremos felicitarte y pedirte que nos ayudes a vivir como verdaderos hijos de Dios, hermanos de Cristo y de todos los hombres.
Que creamos en Dios Padre, lleno de misericordia.
Que pensemos en tantos hermanos nuestros
que hoy están pasando hambre de pan y necesitados de un trabajo.
Que siempre estemos dispuestos a prestar una ayuda con generosidad.
Que aprendamos de ti, Vicente de Paúl, a ver en cada persona necesitada
la imagen de Cristo que nos interroga.
El amor hace grandes a las personas y el egoísmo las empequeñece.
Que entendamos que hemos nacido para amar y el AMOR que no se da, se pierde.
San Vicente, enséñanos a valorar la vida y amar de verdad como tú lo hiciste. Amén.

VIERNES:
Mirar a San Vicente es dejarse contagiar por su amor total hacia los pobres.
Su vida totalmente entregada a los demás ha dejado en nuestra tierra unas huellas que debemos seguir, porque hoy también, son muchas las personas que esperan ayuda.
Vicente de Paúl se hizo como el “Buen Samaritano”, con el corazón vacío de sí mismo,
se hizo PRÓJIMO de los más necesitados de la tierra.
Señor, danos fortaleza para que seamos capaces de seguir estas huellas,
y no volvamos las espalda ante las necesidades de nuestros hermanos, los pobres. Amén









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