LUNES 9 de MAYO: EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO
Madre
En el Evangelio hay un trozo que para los cristianos es precioso.
La verdad es que toda la vida de Jesús es un tesoro para los cristianos, pero
este también es especial. Os lo voy a contar:
“Jesús estaba en la cruz.
Al lado de la cruz de Jesús estaban su madre junto con otras mujeres y un
discípulo al que Jesús quería mucho. Jesús miró a su madre y le dijo: “Mujer,
ahí tienes a tu hijo”. Luego miró al discípulo y le dijo: “Ahí tienes a tu
madre”. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa” (Jn 19,25-27).
Esto que os he contado es el día en que Jesús nos hace un
regalo muy grande: nos regala a su Madre. Desde ese día, la Virgen es la madre
de los amigos de Jesús. A Ella le gusta que la llamemos “Madre”, así que
hoy colocamos nuestro mosaico con esta palabra: “Madre”.
Oh María sin pecado concebida.... (3 veces)
Los cristianos hemos sido acusados de haber puesto los ojos en el cielo y habernos olvidado de la tierra. No es esperanza cristiana la postura que conduce a desentendernos de los problemas del presente y despreocuparnos de los sufrimientos de este mundo. Precisamente, porque cree y espera un mundo nuevo y definitivo, el creyente no puede tolerar ni conformarse con una sociedad llena de odios, lágrimas, sangre, injusticia, mentira y violencia. Quien no trabaja por liberar al hombre del sufrimiento, no cree en un mundo nuevo y feliz. La esperanza cristiana nos pide ser fieles a la tierra.
MARTES 10 de mayo. EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO
Aprender
La Virgen enseñaba muchas cosas a Jesús cuando era pequeño: le
enseñaba a rezar, a sacar agua del pozo, le enseñaba canciones,.... Y Jesús
aprendía.
Nosotros también podemos aprender muchas cosas de la Virgen,
sobre todo a rezar. Por eso le descubrimos el mosaico con la palabra “Aprender”. Que ella
nos acerque a Jesús, se lo pedimos de corazón.
Rezamos el AVE MARÍA
MIÉRCOLES 11 de mayo. EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO
“¡Sí!”
María
siempre dijo “sí” a lo que Dios quería de Ella. ¿Os acordáis el día en que se
le apareció el ángel y le preguntó de parte de Dios si quería ser la Madre de
Jesús? ¿Qué contestó Ella? “Aquí está la esclava del Señor”, o en otras palabras “¡Sí!”.
Jesús? ¿Qué contestó Ella? “Aquí está la esclava del Señor”, o en otras palabras “¡Sí!”.
A veces nuestro “Sí” no es como los de la Virgen. A veces
nuestros padres o nuestros profesores nos piden algo, nosotros decimos “sí” pero luego no
lo hacemos. Algunos de nuestros “sí” son de “mentirijilla”. Hoy colocamos el
mosaico del SI porque nos
vamos a comprometer a que sea de verdad, como el de María.
Rezamos a María:
Madre, enséñame a decir sincero,
auténtico.
JUEVES 12 de mayo. EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO
“Servicio”
Una
persona servicial es alguien que está siempre dispuesto a ayudar a los demás, a
hacer los favores que le pidan. La Virgen es una mujer muy servicial. Cuenta el
Evangelio que el día en que supo que Isabel, su prima, necesitaba su ayuda, fue
enseguida a verla a la montaña donde vivía. Fue aprisa, sin dudarlo un
instante.
¡Cuántas
veces nosotros pasamos por delante de alguien que necesita ayuda y no le
hacemos caso! ¡Cuántas veces un compañero nos ha pedido algo necesario y le
hemos dicho que no! ¡Cuántas veces me he negado a poner la mesa o a colaborar
en casa! Colocamos en nuestro tablero el mosaico del servicio, estaremos atentos hoy para ser serviciales.
Rezamos a
María:
Madre, queremos que nuestro corazón sea
servicial, por eso te ofrecemos esta flor. Hazla más bonita y que nuestro
servicio crezca cada día más.
VIERNES 13 de mayo. EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO
“Bondad”
¿Habéis
conocido alguna vez a una persona buena de verdad? Yo sí, es una de esas
personas que nunca critica ni dice malas palabras de nadie, nunca hace daño a nadie,
al contrario, siempre intenta hacer cosas buenas a los demás.
Jesús es el mayor ejemplo de bondad. Nos quiere tanto que
incluso en la cruz pidió al Padre que perdonara a quienes le estaban haciendo
daño. ¡Y a nosotros, cómo nos cuesta perdonar!
Colocamos la bondad.
Madre, danos un corazón bueno como el de Jesús y como el
tuyo.
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