NAVIDAD:
FELICIDAD EN EL ENCUENTRO
EVANGELIO: Mateo 1, 18-24
«La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes
de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en
privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un
ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu
mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz
un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los
pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor
por medio del profeta:
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer».
LECTURA
La Navidad se venía encima. No había tiempo de arreglar una grieta en la pared de la iglesia, provocada por las últimas lluvias. El párroco recordó que tenía un mantel vistoso y ancho, rematado en una subasta. Con él podría disimular el daño y realzar los adornos navideños.
En el momento en que, con sus auxiliares, hacia la reparación, entró una señora de apariencia distinguida, pero pobremente vestida. Sus ojos cayeron de inmediato en el mantel. Exclamó en un grito de Sorpresa: "Es nuestro mantel". El párroco se asustó. Ella continuó: "Si, fue mi marido el que lo mandó hacer cuando vivíamos en Austria".
Después contó su drama, igual a tantos en la última guerra mundial. Residían en Viena. Tuvieron que huir con ocasión de la persecución nazi. Su marido murió en un campo de concentración. Ella consiguió llegar hasta América, pero sin él.
El párroco le ofreció el mantel. Pero ella respondió:
- Aquí queda mejor que en mi choza.
Se despidió conmovida. Llegó la noche de Navidad. Después de la misa de gallo, un hombre fue a ver al párroco. Era el relojero.
- ¡Cosa extraña! Aquel mantel estuvo en mi casa, cuando vivía en Viena, con mi esposa. Era un mantel muy apreciado.
El sacerdote le contó entonces el diálogo que había tenido con la mujer, la víspera. Describió sus rasgos físicos El hombre se fue emocionando ante la descripción del párroco: "¿Será que ella vuelve todavía, Dios mío?".
Resolvieron salir en su búsqueda. Aquella misma tarde, en una plaza de la ciudad, se encontraron los dos y se abrazaron. Después de muchos años de separación forzada y dolorosa.
REFLEXIÓN
Navidad es día de encuentro. Acoged a los familiares que tal vez veis cada mucho tiempo. Tal vez alguno falte. FELIZ NAVIDAD A VOSOTROS Y VUESTRAS FAMILIAS.
ORACIÓN
Señor de la cercanía
Acercarte,
salvando el abismo
entre el infinito y lo limitado.
Salir de la eternidad
para adentrarte en el tiempo.
Hacerte uno de los nuestros
para hacernos uno contigo.
Y así, de carne y hueso,
empezar a mostrarnos
en qué consiste la humanidad.
Eres el Dios de la cercanía,
de los incluidos,
de los encontrados,
pues para ti nadie se pierde.
De los reconciliados,
de los equivocados,
de los avergonzados,
de los heridos,
de los sanados.
Eres el Señor de los desahuciados,
de los agobiados,
de los visitados,
de los intimidados,
de los amenazados,
de los desconsolados,
de los recordados,
pues para ti nadie se olvida.
Tan cerca ya, tan con nosotros, Dios.
salvando el abismo
entre el infinito y lo limitado.
Salir de la eternidad
para adentrarte en el tiempo.
Hacerte uno de los nuestros
para hacernos uno contigo.
Y así, de carne y hueso,
empezar a mostrarnos
en qué consiste la humanidad.
Eres el Dios de la cercanía,
de los incluidos,
de los encontrados,
pues para ti nadie se pierde.
De los reconciliados,
de los equivocados,
de los avergonzados,
de los heridos,
de los sanados.
Eres el Señor de los desahuciados,
de los agobiados,
de los visitados,
de los intimidados,
de los amenazados,
de los desconsolados,
de los recordados,
pues para ti nadie se olvida.
Tan cerca ya, tan con nosotros, Dios.
VIDEO: https://www.youtube.com/watch?v=Y2YVf5xtj3I
Martes, 19 de
diciembre
NAVIDAD: COLABORACIÓN Y AYUDA
EVANGELIO: Lucas 1, 39-45
«En aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
LECTURA
Navidad es también colaboración, ayuda, es descubrir la vida de los pobres a quienes Jesús trae principalmente la Buena Noticia.
Dos pobres pedían limosna a la puerta de una iglesia. Uno era ciego, y el otro lisiado. El cieguecito gritaba: "Una limosna para el ciego que no tiene ojos para ver el camino". Y el lisiado pedía: "Caridad con este pobre lisiado que no tiene piernas para andar".
Y así todos los días. La desgracia era grande, de ambas partes. Ninguno de los dos podía, solo, resolver su problema. Además, era una vida muy monótona estar parados todo el día oyendo comentarios desagradables de unos y palabras de compasión de otros.
Un día, el ciego dijo al lisiado:
¿Sabes una cosa? Yo no veo, pero tengo piernas buenas. Tú no tienes piernas sanas, pero ves muy bien. Descubrí un modo de remediar nuestra situación. Nos podemos valer solos, sin depender tanto de los demás.
-¿Cómo así? No te entiendo.
-Te echo a mis espaldas. Y tú caminarás con mis piernas y yo veré con tus ojos.
Afortunadamente el cojo era más bajo que el ciego. Respondió con satisfacción:
-Trato hecho. Levántame y colócame en tus hombros.
Los dos salieron contentos por estos mundos de Dios, dando a todos una lección de caridad mutua y de ayuda. El ciego prestaba sus piernas al paralítico, mientras que el paralítico prestaba sus ojos al cieguecito.
REFLEXIÓN
¿Somos capaces de hacer estas obras de caridad? ¿Participamos en la campaña de “Operación KILO”. ¿Qué es caridad? ¿Qué nivel de generosidad tenemos?
ORACIÓN
Queremos esperarte, Señor, esperarte cada día,
Y verte llegar a nosotros en cada mano tendida,
en cada triste mirada, en cada pena sencilla...
Queremos esperarte, Señor, esperarte cada momento,
y ver cómo nuestro corazón cambia
al contemplar un niño hambriento.
Si no te encuentro en los otros...
¿qué Navidad celebro?
Miércoles, 20 de
diciembre
NAVIDAD: LA FELICIDAD EN
LA ACOGIDA
EVANGELIO: Mateo 1, 20-21
«El ángel dijo a José: “María dará a luz un hijo, y
tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Una historia verdadera…
Estamos a
un paso de la Navidad, días de paz, de acogida, de amor, de nostalgia.
Los hijos
ya no soportaban al viejo papá, irritable y terco. Olvidando que también ellos
les habían dado mucho trabajo a sus padres, resolvieron librarse de él
internándolo en un asilo.
Fue
confiado a los cuidados de una religiosa, joven y simpática. Además de
simpática, muy paciente y cariñosa.
Comenzó el
duelo con armas desiguales. De un lado, la grosería del viejo enfermo; de otro,
la mansedumbre inagotable de la religiosa. Nada lo contentaba. Pero nada
alteraba la calma de la joven enfermera. Cuando el café venía caliente, se
quejaba que estaba para "pelar cerdos". Cuando venía más tibio, era una
"porquería sin gracia".
Él era
inaguantable. Ella inalterable.
Fueron
pasando los meses y el viejo fue suavizando sus modales.
Un día la
religiosa llegó con su eterna sonrisa en los labios y el brillo caliente de los
ojos almendrados:
-Buenos
días, abuelo. ¿Cómo pasó la noche?
Por
primera vez, después de cinco meses, le respondió:
-Buenos
días, hermanita... Yo quería hablar unas palabras con usted... ¿Quiere
acercarse un poco?
Ella se
aproximó a la cama un tanto desconfiada. Y él, bien bajito, casi en los oídos
de ella:
-Disculpe
mi osadía. Veo que su persona está apasionada por mí.
Reflexión
¿Cómo
vamos a acoger a los nuestros?
¿Encontrarán en nosotros ese cariño que están esperando, como el de esta
monjita? ¿Haremos felices a los demás?
Jesús es AMOR.
Oración
Señor, enséñanos a amar, como tú nos has
amado.
Asístenos, para que seamos comprensivos,
para que seamos serviciales,
para que no seamos egoístas, ni
rencorosos, ni indiferentes.
Danos un corazón grande, para disculpar
sin límites, para perdonar sin límites, para
confiar sin límites, para hacer el bien sin límites.
Ayúdanos a ser testigos de tu amor
Jueves, 21 de
diciembre
¡FELIZ NAVIDAD!
EVANGELIO: Lucas 1, 46-56
En aquel tiempo, María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
“se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
“su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
“derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia”
—como lo había prometido a “nuestros padres”—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.
«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
“se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
“su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
“derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia”
—como lo había prometido a “nuestros padres”—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.
LECTURA
Durante Estos días nos llegan felicitaciones deseándonos paz y
felicidad. Y estos deseos son muy buenos si se hacen realidad.
Decía Mahatma Gandhi:
“A pesar de que
cantemos “Gloria a Dios en lo alto de los cielos y paz en la tierra...”, hoy no
hay en la tierra ni gloria ni paz.
Hasta que el
deseo de paz no quede satisfecho y hasta que no hayamos librado nuestra
civilización de la violencia, Jesús no ha nacido.
Entonces no
pensaremos en Navidad solamente como acontecimiento histórico, sino que puede
realizarse en nuestra vida.
Si por tanto,
deseamos a los demás “Felices Navidades” sin dar a estas palabras un sentido
profundo, este deseo será una simple fórmula vacía.”
Estamos llamados a construir cimientos de paz. Este es el gran
mensaje de Jesús, quien por donde pasaba hacía el bien.
¿Qué fórmulas tenemos para transmitir paz a nuestro alrededor?
Que podamos decir nosotros: “¡Feliz Paz!, ¡Feliz navidad!”.
ORACIÓN
Celebrar la Navidad de Cristo, es renacer, es vida nueva,
es compartir, gozo y amor. Celebrar la Navidad del consumo, es envejecer, ruido y frivolidad. Es injusticia y vacío grande.
Celebrar la Navidad con Cristo es diluvio de gracia y de ternura,
es primavera de abrazos y reconciliaciones.
Celebrar la Navidad sin Cristo,
es espejismo y fuego de artificios, es invierno de egoísmo y soledad. Ayúdanos, Señor, a vivir la Navidad, con sentido y esperanza, con amor y felicidad
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