¡ATENCIÓN! LA VIDA ESTÁ
MÁS CERCA.
Ajustemos y sincronicemos el reloj de nuestra vida con el ritmo del Dios
de la VIDA.
Llega el tiempo de Adviento. No te
duermas, es tiempo de despertar porque el nacimiento de Jesús está muy cerca.
Es tiempo de cambiar, de convertirse, de estar alegres en la Esperanza y de
prepararse para acogerle en nuestras vidas como lo hizo su Madre, María.
1ª semana de Adviento: TIEMPO DE VIGILAR
El Señor
nos dice que viene a nuestro encuentro, que viene para quedarse con nosotros.
Como cualquier visita que llega a nuestra casa, tenemos que tomar la actitud de
sanear y embellecer nuestro corazón, preparar la cuna a un recién nacido,
ordenar nuestros pensamientos para que todo esté listo para su llegada.
Lunes, 30 de noviembre
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21,
25-28. 34-36.
"Habrá
señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustias
de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose
los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el
mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán
venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando
empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se
acerca vuestra liberación."
"Guardaos
de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la
embriaguez y por la preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de
improvisto sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que
habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo
tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y
podáis estar en pie delante del Hijo del hombre."
Palabra del Señor
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Necesitamos “toques
de atención” en nuestras vidas. Vivimos dispersos y Dios nos quiere atentos a su llegada, con
los ojos bien abiertos para acogerlo y celebrar su venida. Empezamos el Adviento con una reflexión sobre
lo que hacemos bien y mal, con urgencia para prepararnos y festejar el
nacimiento de Cristo con nuestra mejor disposición.
¿Necesito y deseo
que Jesús-Dios venga a “mi casa”, aunque esto me obligue a cambiar ciertas
cosas? ¿Qué no me gusta, ni le gusta a Él, de mi vida? ¿Por qué y para qué
quiero que me visite?
(Reflexiono y hablo con Él en un rato de silencio).
Oración final: Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo…
ORACIÓN:
PADRE NUESTRO….
Martes, 1 de diciembre
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Somos
conscientes que la canción de Efecto pasillo “Cuando me siento bien” os
gusta mucho porque os invita a hacer de cada día una sorpresa, un sueño, una
fiesta. La fiesta de la VIDA NUEVA de aquella que brota del agua y del
Espíritu. De esa Bondad de Dios- que llamamos gracia- que se ha derramado sobre
el mundo. Esa fiesta es apertura, expresión gozosa de un proyecto común. Es
afirmación de que la vida es buena y vale la pena compartirla con los demás con
una gran sonrisa; a pesar de las contradicciones, fracasos y sufrimientos que
esta pueda acarrear.
ORACIÓN:
DIOS TE SALVE MARÍA…
Miércoles, 2 de diciembre
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Señor,
¿dónde te encontraremos?
Son
tantas y tantas las señales
que
descubrimos en nuestro camino
Que nos
sentimos abatidos, perdidos, desorientados…
Desde
la encrucijada de nuestras vidas,
Desde
la necesidad de hallar las señales correctas,
Abrimos
nuestros corazones y alzamos nuestras voces:
¿Dónde
te encontraremos, Señor?
En el
niño, envuelto en la miseria, en la periferia de la ciudad,
En el
emigrante, envuelto en la intolerancia, en los servicios sociales…
En el
mendigo, envuelto en la indiferencia, en el parque del barrio…
En el
anciano, envuelto en la soledad, en la residencia de la tercera edad…
En el
enfermo, envuelto en el dolor, en la cama del hospital…
En el
joven, envuelto en el error, en el centro de menores…
En la
mujer, envuelta en el miedo, en las dependencias policiales…
En el
parado, envuelto en la impotencia, en las oficinas de empleo…
En el
compañero, envuelto en el abandono, en el recreo del cole
¡TE
ENCONTRAREMOS SEÑOR!
En
nosotros mismos; en nuestra fe; en nuestra nuestro compromiso de cambio y de
revolución interior; en nuestra propuesta de vivir una vida desde el Evangelio;
En un
corazón que lata para los demás antes que para nosotros; en la Navidad con
mayúsculas; en la vida en la justicia y en el amor…
¡TE
ENCONTRAREMOS, SEÑOR!
Y sobre
todo, en Dios, envuelto en cada hermano que nos encontramos cada día,
En
nuestras casas, en nuestra ciudad, en nuestro colegio, en nuestras vidas…
¡TE
ENCONTRAREMOS, SEÑOR!
REFLEXIÓN:
Tras todo lo leído cada uno piensa de manera individual en que momentos
se encuentra y se siente más cercano a nuestro Padre Dios.
*Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo…
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Carta de Jesús de Nazaret en vísperas de su cumpleaños
Querido amigo:
Como sabrás, nos acercamos
nuevamente a la fecha de mi cumpleaños. Todos los años, en cada casa, se hace
una gran fiesta en mi honor y posiblemente este año sucederá lo mismo.
Para esa noche, la gente hace muchas
compras. La noche de mi cumpleaños se dice en los anuncios, en la radio, en la
televisión y en todas partes... no se habla de otra cosa, y la gente se despide
con el deseo de que para todos sea una noche buena. La verdad, que es agradable
saber que, al menos un día del año, las personas piensan un poco en mí. ¿A que
a ti también te pasa con tu
Cumpleaños? Lo que está ocurriendo
últimamente es que hay gente que parece que no saben ni lo que celebran. Se
reúnen, se divierten mucho, pero no saben de qué se trata. Recuerdo por ejemplo
el año pasado, estábamos en una casa en esta noche de mi cumpleaños, había
cosas muy deliciosas en la mesa, todo estaba decorado, y recuerdo también que
había muchos regalos. Yo naturalmente estaba allí pero es que... ni me hacían
caso. La fiesta era para mí y me dejaron al margen... y yo quería compartir la
mesa con ellos. Preferí estar sin hacer ruido, y me quedé en el rincón. Estaban
todos bebiendo, había algunos ebrios contando chistes, carcajeándose. Lo
estaban pasando en grande, menos mal.
Para colmo, llegó un gordo vestido
de rojo, de barba blanca y gritando ¡jo-jo-jo-jo! Parecía que había bebido de
más. Se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hacia
él, diciendo: Papá Noel, Papá Noel... ¡Como si la fiesta fuese en su honor!
¿Qué sentirías si el día de tu
cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada?
Comprendí entonces que yo sobraba en esa
fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré.
Te digo que no sé si cada año que
pasa esto va a peor; la gente sólo se acuerda de la cena, de los regalos y de
las ropas, y de mí nadie se acuerda.
Por eso te escribo, porque quisiera
que esta Navidad me permitieras entrar en tu vida. Como muchos no me hacen
sitio en su fiesta, voy a organizar la mía propia. Todavía estoy haciendo los
últimos arreglos, estoy enviando muchas invitaciones y quiero contar también
contigo, tú eres importante para mí; sólo quiero que me digas si piensas
asistir, te reservaré un lugar, y escribiré tu nombre con letras de oro en mi
gran libro de invitados. En esta fiesta no habrá más que invitados con tarjeta
de invitación, y se tendrán que quedar afuera aquellos que no contesten a la
invitación hecha.
Prepárate, quiero contar contigo.
Hasta pronto... Tu amigo, Jesús de Nazaret
REFLEXIÓN:
En esta carta se critica un modo de
celebrar la Navidad. ¿Qué es lo más
importante de lo que se critica?
- ¿Qué sentirías si el día de tu
cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada?”
- ¿A qué se refiere lo del final de
la carta, que este año Jesús quiere contar contigo para organizar su verdadera
fiesta de cumpleaños?
ORACIÓN: ¡Oh María sin pecado
concebida…!
Viernes, 4 de diciembre
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Vemos este vídeo y hacemos la reflexión final:
REFLEXIÓN:
Cuanto amor hay en el
corazón de este padre y cuánto tenemos que aprender de su generosidad. Nos
cuesta mucho perdonar los fallos de los demás y deberíamos actuar con más
generosidad en este tipo de situaciones. Confiemos en que nuestro Padre Dios
abra nuestros corazones al perdón y sepamos ponernos en el lugar de los demás.
*Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo…
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