CUARESMA 2016: Camino
re-creativo hacia la VIDA
JUEVES 11-2-2016
+ En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén
1-Introducción
Hemos empezado ayer el tiempo de cuaresma y nos
toca reflexionar sobre nuestras vidas y
sobre aquello que debemos cambiar, para ser mejores y llevar felicidad a los
demás.
La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y
es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca
para la conversión del corazón.
La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.
Las palabras que se usan para la imposición de
cenizas, son:
*“Concédenos
Señor el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”
*“Recuerda
que polvo eres y en polvo te convertirás"
* “Arrepiéntete
y cree en el Evangelio”.
ORIGEN DE LA
COSTUMBRE
Antiguamente los judíos
acostumbraban a cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio, y como signo de su deseo de conversión de su
mala vida a una vida con Dios.
En los primeros siglos de la
Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el
Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad
vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad
de convertirse.
Las cenizas que se utilizan se
obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior. Esto
nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.
La imposición de ceniza es una
costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se
va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se
acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a
llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello
que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos.
2-Oración
QUE NO SE ME
ACOSTUMBRE EL CORAZÓN
Que no se me acostumbre el corazón, Señor,
a ver personas sufriendo en situaciones injustas.
Que no vea normal tropezar todos los días
con hombres y mujeres desplazados, sin casa, sin
techo.
Que me sorprenda cada día de este mundo que
montamos
en el que unos tenemos de todo y a otros les falta
todo.
Que no se me acostumbre el corazón,
a la mirada triste y perdida,
al gesto caído y desanimado,
a la palabra grosera o burlona,
a las pocas ganas de vivir,
al deterioro del hermano,
al grito de socorro .
Que no se me acostumbre el corazón,
a ver como normal al acabado de llegar
que cruzó el mar para buscar un futuro,
al que quedó sin familia, sin trabajo, sin techo
y que mañana no encontrará salida a su problema.
Pon ternura, Señor, en mi mirar;
pon cariño en la mano que saluda;
pon misericordia en la mente que hace juicios;
pon sabiduría en mis palabras;
pon escucha en los oídos que reciben.
AMÉN
Rezamos juntos:
Dios te salve, María…
VIERNES 12-2-2016
+ En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén
1-Introducción
El día de hoy queremos comenzarlo haciendo una
reflexión sobre lo que hacemos y por qué lo hacemos. Para ello vamos a leer un
cuento que nos va a ayudar a situar en el centro de nuestras vidas lo esencial:
aprender a vivir con autenticidad y siendo nosotros mismos.
2-Acción desinteresada (cuento)
Un alumno le dijo a su Maestro:
-Lo que más me deprime es la
absoluta vulgaridad de mi existencia. Jamás en la vida hice nada tan importante como para merecer la
atención del mundo.
- Te equivocas si piensas que es la atención del mundo lo que hace que
una acción sea importante, dijo el Maestro
Siguió una larga pausa.
- Bien, pero es que tampoco hice nada por alguien, ni para bien ni
para mal...
- Te equivocas si piensas que es el influir en los demás lo que hace que una acción
sea importante, volvió a decir el Maestro.
- Pero entonces, ¿ qué es lo que hace que una acción sea importante?
- El hacerla por sí misma,
poniendo en ello todo su propio ser.
Entonces resulta ser una acción desinteresada, semejante a la actividad de Dios.
3-Reflexión
En muchas ocasiones vivimos mirando
para los demás, solo preocupados del qué dirán
o de lo que puedan pensar. No actuamos correctamente por miedo a que nos
critiquen, a que nos juzguen o nos etiqueten. Nuestras acciones tienen valor
por sí mismas, no necesitan de la crítica o el beneplácito de los que miran.
Rezamos
juntos: Gloria al Padre…
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