+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Hoy festejamos una fiesta muy importante
en la familia vicenciana de todo el mundo: el SÍ de María, la Encarnación de
Jesús, fecha en que las Hijas de la Caridad renuevan su entrega a Dios. Al igual que María, con valentía y fidelidad vuelven a decirle Sí a Dios.
Esta fiesta nos invita a todos nosotros a la generosidad, a pensar en serio qué
quiero hacer con mi vida, qué me pide Dios a mí.
María fue una muchacha de su tiempo.
Llevó, sin duda, la vida normal de una joven israelita, en el seno de una
familia creyente, según los usos y costumbres de su época. Creció con las
ilusiones lógicas de su edad y compartió la esperanza de su pueblo en las
promesas de Dios.
María era todavía muy joven cuando Dios
le propone la noble misión de ser la Madre del Salvador. María con su respuesta
pone de manifiesto una gran capacidad de fe, de confianza, de entrega y
disponibilidad.
Si ella no hubiera dicho "sí",
¿cómo podría Dios haberse hecho hombre? María no es una semidiosa que concede
favores. María es la puerta de entrada de nuestra salvación. Dios nos ama con
locura, pero no nos ama por encima de nuestra libertad. El amor solo
puede habitar en aquel que lo acepta sin condiciones. La primera en aceptarlo
sin mirar las consecuencias fue ella. ¿Admiración? No solo le debemos eso.
Mirándola a ella, podemos ver también lo
que hace el amor cuando dices "sí". Lo que Dios logró con ella es lo
que puede logar con nosotros.
En ella encontramos el modelo para que
nuestra vida tenga éxito. Y es alentador saber que ella no fue nadie
especialmente inteligente, excepcionalmente cualificada, distinguidamente
importante... Sencilla, pobre, en situación delicada, vulnerable..., pero dijo
sí, y dio un vuelco a la historia.
Es una suerte que Dios quisiera venir a
nosotros y un alivio que fuera María la que dijo sí.
FELICIDADES A TODAS LAS HIJAS DE
LA CARIDAD EN SU DÍA! GRACIAS POR GUIARNOS Y ESTAR SIEMPRE PRESENTES.
Rezamos el Ave María…
Martes, 5 de abril
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
EVANGELIO: Lucas
10, 1.17
“Después de esto,
designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos,
a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. (…)
Los setenta y dos volvieron
con alegría, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu
nombre».”
LECTURA
En la última recta del curso queremos crear grupo, juntos, unidos… eso quería Jesús cuando convocó y envió a 72 discípulos. Es una invitación a caminar, pero no solos, sino todos unidos, juntos podemos más.
La expresión “más fuerte” quiere expresar, entre
otras cosas, que la FE nos hace personas robustas y fuertes. Está en relación
con la experiencia de Pascua y la victoria de Jesucristo (más fuerte que el mal
y que la muerte)
ORACIÓN FINAL
Señor, Tú eres mi alegría cuando
comparto y doy algo de mí,
busco el bien de los demás,
procuro buscar la reconciliación.
Señor, Tú eres mi fortaleza cuando
lucho contra el mal y la mentira,
ofrezco y recibo la paz,
cuido a los otros desde la bondad de mi corazón.
Ayúdame a tener la fortaleza que viene de Ti.
Miércoles, 6 de abril
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
TOMÁS
EVANGELIO: Juan
20, 24-29
“Tomás, uno de los
Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros
discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo
en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los
clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban
otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando
cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a
Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi
costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y
Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados
los que crean sin haber visto».”
LECTURA
La adolescencia es una época de cambios, de dudas, de poner muchas cosas de la propia vida “patas arriba”. Es normal que eso ocurra, no hay que asustarse. Eso significa que uno va creciendo, madurando…
Lo anterior no solo afecta al propio cuerpo, a las
relaciones con los padres o con los compañeros… También pueden entrar dudas y
cambios en la relación con Dios.
Todos tenemos un poco de Tomás dentro de nosotros.
Dudamos de que Dios sea Dios. A veces porque no se han hecho las cosas tal y
como nosotros hemos pedido en la oración, a veces porque preferimos estar
ocupados en lo nuestro y no nos interesa que el mensaje de Jesús nos
“complique” la vida… La verdad es que no es extraño que entren dudas.
Lo negativo no es dudar, sino quedarse en esa duda
o “despachar” el tema sin pensar… tomando el camino fácil del pasotismo.
Ante las crisis de fe el mejor camino es
reflexionar, rezar, preguntar a alguien que pueda darnos datos que nosotros no
tengamos. Cuando una crisis se supera, la persona sale fortalecida.
Jesús se puso ante Tomás y le hizo ver que no
estaba acertado en sus pensamientos. Pero Jesús también dijo: “dichosos los que
crean sin ver”.
REFLEXIÓN: Piensa en lo que tengas de Tomás… ¿Tienes dudas? ¿Las has tenido?… ¿Qué haces para salir de ellas?
ORACIÓN FINAL
Señor Resucitado,
Señor Resucitado,
muéstrate a mí como te has mostrado
a tanta gente a lo largo de la historia.
Ábreme los ojos, permíteme verte
y cambia mi vida.
Ojalá nunca duda de Ti,
pero si lo hago ayúdame a recuperar la fe.
Jueves, 7 de abril
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
María Magdalena
EVANGELIO: Jn 20, 11.14-16.18
“Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro.
“Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro.
Dicho esto, se
vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?». Ella, tomándolo por el hortelano,
le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo
recogeré». Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que
significa: «¡Maestro!».
María la Magdalena
fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto».”
LECTURA
La información sobre María Magdalena en los evangelios es escasa. De ella se dice que:
· Alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su
predicación en Galilea.
· Estuvo presente durante la crucifixión de Jesús.
· En compañía de otras mujeres, fue la primera
testigo de la resurrección. Después comunicó la noticia a Pedro y a los demás apóstoles.
También se cree que era la mujer adúltera a la que Jesús salva de la lapidación, aunque no se
sabe a ciencia cierta.
En cualquier caso, María Magdalena era una
discípula de Jesús antes y después de la muerte y resurrección de Éste. Muy
probablemente su vida cambió al encontrarse con Él.
REFLEXIÓN
Imagina que no conocieras a Jesús, ¿cambiara en
algo tu vida?
Si tu respuesta es que no, te invitamos a conocerle;
si dices que sí, agradece a Dios el don de la fe y pídele fuerza y coherencia
para ser un buen discípulo/a como María Magdalena.
Ella tuvo la tarea de anunciar a otros que lo había
visto. En el fondo esa es la misión todo creyente, comunicar a los demás que
Jesús está vivo y lo ha visto con los ojos de su corazón.
ORACIÓN FINAL
María Magdalena,
te pido me ayudes a reconocer a Cristo en mi vida
evitando las ocasiones de pecado.
Ayúdame a lograr una verdadera conversión de
corazón
para que pueda demostrar con obras mi amor a Dios
y decir a todos que tengo fe.
Viernes, 8 de
abril
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Discípulos de Emaús
EVANGELIO: Lc 24,
13-16.28-31
“Aquel mismo día, dos de ellos iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
“Aquel mismo día, dos de ellos iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Llegaron cerca de
la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo
apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de
caída». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el
pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les
abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.”
LECTURA
Los discípulos de Emaús iban caminando con Jesús resucitado pero no se dieron cuenta de que era Él. Solo se les abren los ojos cuando “parte el pan”. Esa expresión significa: “cuando celebraron la Eucaristía”.
Los discípulos de Emaús iban caminando con Jesús resucitado pero no se dieron cuenta de que era Él. Solo se les abren los ojos cuando “parte el pan”. Esa expresión significa: “cuando celebraron la Eucaristía”.
Es este sacramento, la Eucaristía, un medio
privilegiado para poder encontrarse realmente, cara a cara, con Jesús
resucitado. Así lo descubrieron los primeros cristianos y así lo experimentamos
también nosotros, cristianos del siglo XXI.
Cada vez que nos reunimos para escuchar la Palabra
de Dios y tomar el Cuerpo de Cristo, estamos disfrutando de la presencia de
Jesús resucitado… como los discípulos de Emaús.
REFLEXIÓN
Vamos a pensar hoy en el papel que cada uno damos
en nuestra vida a la Eucaristía. ¿Suelo participar en ella? ¿Por qué? ¿Qué
dificultades tengo?
ORACIÓN FINAL
Gracias, Señor, por buscarme,
por no dejarme solo en el camino.
Me conoces,
sabes que soy presa fácil del desánimo
y que me cuesta verte en la Eucaristía.
Ilumina mi mente y mi corazón
para que sepa descubrirte
y experimente esa cercanía que me llena de paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario