LUNES 8 MAYO
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL
ESPÍRITU SANTO
Puesta en marcha:
Comenzamos esta Semana Vocacional
presentando ante el Señor nuestra vida. Necesitamos oír su voz entre tanto
ruido que hay a nuestro alrededor. Él nos llama y nos habla a través de
pequeños detalles. Está esperando con paciencia a formar parte de nuestra zona
WI-FI.
Háblame:
Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si
alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y
él conmigo. (Ap. 3,20).
Enrédame:
Haz silencio y prepara el corazón. “El
Señor está llamando a tu puerta...”: ¿Oyes? Te está llamando a ti. “Sólo tienes
que dejarle entrar”: ¿abrirás?
Recuerda:
“Ese es el secreto, queridos amigos, que
todos estamos llamados a experimentar. Dios espera algo de ti, Dios quiere algo
de ti, Dios te espera a ti. Dios viene a romper nuestras clausuras, viene a
abrir las
puertas de nuestras vidas, de nuestras
visiones, de nuestras miradas. Dios viene a abrir todo aquello que te encierra.
Te está invitando a soñar, te quiere hacer ver que el mundo contigo puede ser
distinto. Eso sí, si tú no pones lo mejor de ti, el mundo no será distinto”. (Papa
Francisco)
Oramos todos juntos
Señor Jesús, que llamas a quien quieres, llama a muchos de nosotros a trabajar por ti, a trabajar contigo.
Tú que iluminas con tu palabra a los que has llamado, ilumínalos con el don de la fe en ti.
Tú, que sostienes en las dificultades, ayúdanos a vencer nuestras dificultades de jóvenes de hoy.
Y si llamas a alguno de nosotros para consagrarlo todo a ti, que tu amor aliente esta vocación desde el comienzo y la haga crecer y perseverar hasta el fin. AMÉN.
MARTES 9 MAYO FIESTA DE SANTA LUISA MARILLAC
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO
Puesta en marcha:
En este día importante en que celebramos
la fiesta de Santa Luisa, damos gracias porque ella escuchó a Dios y supo
enredarse por la justicia. Dios ahora también cuenta con nosotros y quiere que
seamos portadores de su amor hacia las personas que más lo necesitan.
Háblame:
Y dijo al que lo había invitado: ”Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos”. (Lc. 14, 12-14).
Enrédame:
Haz silencio
y prepara el corazón. “Invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos...”: ¿Te lo has planteado alguna
vez? El Señor te espera en ellos. “Serás bienaventurado...”: ¿Te atreves?
Recuerda: “Pero la verdad es otra: queridos jóvenes, no vinimos a este mundo a “vegetar”, a pasarlo cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca; al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella. Es muy triste pasar por
la vida sin dejar una huella. Pero cuando optamos por la comodidad, por confundir felicidad con consumir, entonces el precio que pagamos es muy, pero que muy caro: perdemos la libertad.
Ahí está precisamente una gran parálisis, cuando comenzamos a pensar que felicidad es sinónimo de comodidad, que ser feliz es andar por la vida dormido o narcotizado, que la única manera de ser feliz es ir como atontado. Es cierto que la droga hace mal, pero hay muchas otras drogas socialmente aceptadas que nos terminan volviendo tanto o más esclavos. Unas y otras nos despojan de nuestro mayor bien: la libertad”. (Papa Francisco)
Oramos todos juntos:
Señor Jesús, así como llamaste un día a los primeros discípulos para hacerles pescadores
de hombres, continúa también ahora haciendo resonar tu dulce invitación: ¡Ven y sígueme!
Manda Señor, operarios a
tu mies y no permitas que la humanidad se pierda por falta de pastores, de misioneros, de personas entregadas a la causa del Evangelio. AMÉN.
https://youtu.be/AYaJAd6jv2k
MIÉRCOLES 10 MAYO
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL
ESPÍRITU SANTO
Puesta en marcha:
Jesús nos dice hoy quién es en verdad. Con
Él estamos seguros, nos sentimos seguros, caminamos por la vida seguros.
Escuchemos su voz.
Háblame:
Jesús le responde: “Yo soy el camino y la
verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. (Jn. 14, 6).
Enrédame:
Haz silencio y prepara el corazón. “El
camino, la verdad, la vida...”: El Señor
te enseña cuál es el verdadero camino
para que encuentres
la felicidad, ¿estás dispuesto a seguir por ese camino?
Recuerda: “El tiempo que hoy estamos viviendo, no necesita jóvenes-sofá, sino jóvenes con zapatos; mejor aún, con los botines puestos. Sólo acepta jugadores titulares en la cancha, no hay espacio para suplentes. El mundo de hoy les pide que sean protagonistas de la historia porque la vida es linda siempre y
cuando queramos vivirla, siempre y cuando queramos dejar una huella. La historia hoy nos pide que defendamos nuestra dignidad y no dejemos que sean otros los que decidan nuestro futuro. El Señor, al igual que en Pentecostés, quiere realizar uno de los mayores milagros que podamos experimentar: hacer que tus manos, mis manos, nuestras manos se transformen en signos de reconciliación, de comunión, de creación.
Él quiere tus manos para seguir construyendo el mundo de hoy. Él quiere construirlo contigo... Hoy Jesús, que es el camino, te llama a dejar tu huella en la historia. Él, que es la vida, te invita a dejar una huella que llene de vida tu historia y la de tantos otros. Él, que es la verdad, te invita a desandar los caminos del desencuentro, la división y el sinsentido. ¿Te animas? ¿Qué responden tus manos y tus pies al Señor, que es camino, verdad y vida?”. (Papa Francisco)
Oramos todos juntos:
Señor Jesús, da la abundancia de tu vida a todos, en especial a los jóvenes que llamas a tu servicio; ilumínanos en nuestras decisiones, ayúdanos en las dificultades, sostennos en la fidelidad, haznos dispuestos a ofrecer nuestra vida según tu ejemplo, para que otros tengan vida. AMÉN.
JUEVES 11 MAYO
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL
ESPÍRITU SANTO
Puesta en marcha:
Comenzamos nuestra oración dejando resonar
en nuestro interior las palabras que Jesús dice a Mateo: ”SÍGUEME”. Esta es la
invitación que hoy podemos tener presente a lo largo de toda la jornada, y nos
ayude a confiar en el Señor y en la misión que nos quiere dar a cada uno.
Háblame:
“Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si
la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera
y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una
ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para
meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a
todos los de casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean
vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos”. (Mt
5,13-17).
Enrédame:
Haz silencio y prepara el corazón. “Vosotros
sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo”. Jesús
te dice hoy
esas palabras a ti, ¿cómo
le respondes?
“Brille así vuestra luz ante los hombres,
para que vean vuestras buenas obras y den gloria
a vuestro Padre que está en
los cielos....”: Jesús te quiere para anunciar su Palabra a los más
necesitados, para que su luz brille a través de ti.... ¿A qué estás esperando?
Recuerda:
“Amigos, Jesús es el Señor del riesgo, del
siempre “más allá”. Jesús no es el Señor del confort, de la seguridad y
de la
comodidad. Para seguir a Jesús, hay que tener una cuota de valentía, hay que
animarse
a cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden a caminar por
caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran nuevos
horizontes, capaces de contagiar alegría, esa alegría que nace del amor de
Dios, la alegría que deja en
tu corazón cada gesto, cada actitud de
misericordia. Ir por los caminos siguiendo la “locura” de nuestro Dios que nos
enseña a encontrarlo en el hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el
enfermo, en el amigo caído en desgracia, en el que está preso, en el prófugo y
el emigrante, en el vecino que está solo”. (Papa Francisco)
Oramos todos juntos:
Dios Padre nuestro, te encomendamos los jóvenes y las jóvenes con sus problemas, aspiraciones y esperanzas.
Vuelve hacia nosotros tu mirada de amor y haznos obreros de la paz y constructores de la civilización del amor.
Llámanos a seguir a Jesús, tu Hijo. Haznos comprender que vale la pena dar la vida por Ti y por la humanidad.
Concédenos generosidad y prontitud en la respuesta. AMÉN.
VIERNES 11 MAYO
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL
ESPÍRITU SANTO
Puesta en marcha:
Terminamos esta Semana Vocacional oyendo
cómo Jesús nos llama por nuestro nombre y nos invita de un modo especial a
seguirle y servirle. Pidámosle en este rato de oración que nos ayude a estar
atentos siempre a su llamada y dispuestos a ir con Él.
Háblame:
“Paseando junto al mar de Galilea vio a dos
hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echan- do la red en
el mar, pues eran pescadores. Les dijo: “Venid en pos de mí y os haré
pescadores de hombres”. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron . (Mt
4, 18-20).
Enrédame: Haz silencio y prepara el corazón. “...Inmediatamente
dejaron las redes y lo siguieron...”. A ti también te ha llamado: Iker, Aitana,
Álvaro, María, David, Carolina... Te necesita para ayudar a los demás, ¿te irás
con Él?
Recuerda: “Jesús, a la vez que te pide ir a tu casa,
como hizo con Zaqueo, te llama
por tu nombre. Tu nombre es precioso para él. El
nombre de Zaqueo evocaba, en la lengua de la época, el recuerdo de Dios. Fiaros
del recuerdo de Dios: su memoria no es un “disco duro” que registra y almacena
todos nuestros datos, sino un corazón tierno de compasión, que se regocija
eliminando definitivamente cualquier vestigio del mal. Procuremos también
nosotros ahora imitar la memoria fiel de Dios y custodiar el bien que hemos
recibido en estos días. En silencio, hagamos memoria de este encuentro,
custodiemos el recuerdo de la presencia de Dios y de su Palabra, reavivemos en
nosotros la voz de Jesús que nos llama por nuestro nombre. Así pues, recemos en
silencio, recordando, dando gracias al Señor que nos ha traído aquí y ha
querido encontrarnos”. (Papa Francisco)
Oramos todos juntos:
Señor Jesús,
Vuelve tu mirada de amor hacia tantos jóvenes
bien dispuestos y llámanos en tu seguimiento.
Ayúdanos a comprender que sólo en ti
podemos realizarnos plenamente. AMÉN.
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